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En gobierno Dictatorial de Trujillo se comienza a definir el transporte público de pasajero

Por: José Román Diní

Hablar del transporte público en República Dominicana, implica remontarnos a los años 1930 durante los inicios de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, donde comienza a definirse la necesidad de un transporte masivo de pasajeros que mediante “evaluación” apresurada se llegó a la conclusión de importar autobuses sin cerciorarse cómo conseguir repuestos al momento que un vehículo empieza a tener fallas mecánicas.

Estas dificultades y otras que llegaron luego con la Segunda Guerra Mundial, justificaron su pausa por espacio de 10 años y fue en la década del 40 que se forma la primera empresa del transporte público conocida como: “Unión de Propietarios de Autobuses “que se caracterizó por su operación con vehículos fabricados con chasis de camión y bancos de madera.

Esta empresa tenía dentro sus unidades, autobuses de dos pisos, con la parte superior descubierta, las cuales, más que como medio de transporte, eran utilizadas para pasear, pero debemos destacar que, además, en adición a esos autobuses existían dos rutas de transporte que eran servidas por carros en el área urbana de la época.

El servicio de carros se ofrecía con menor frecuencia, pero los pocos que habían eran muy eficaces, convirtiéndose esta modalidad de transporte de pasajeros, en el sistema de movilidad de mayor uso en la capital.

Sólo pasaron 20 años, o sea en la década del 60 para que nuestro transporte tenga mayor número de pasajeros movilizados  en carros que en autobuses.

En mucho de los casos, como en la actualidad, los choferes que se dedicaban al transporte público no eran propietarios de los vehículos, por lo que una de las primeras medidas que realiza el Estado Dominicano en el transporte público, fue la compra de vehículos para ser entregados a los choferes que se dedican a esta labor y que se quejaban de los costos de renta de los vehículos.

Las primeras empresas importadoras de vehículos, mayormente de fabricación norteamericana y europea comenzaron a masificar el automóvil, proceso que se aceleró significativamente durante el Consejo de Estado y el Gobierno del Profesor Juan Bosch; aunque no fue sino hasta después de la Revuelta de abril de 1965 y finales de la década de los sesenta, que aumenta notablemente la presencia de automóviles, camiones y algunos autobuses en las calles de la Capital.

Eso hace necesaria la promulgación de la Ley 241 del 28 de diciembre de 1967, con el objetivo de regular el tránsito vehicular en todo el territorio nacional, fortalecida por la Ley 222, que establece por primera vez la señalización vial; ambas sustituyen y derogan algunas legislaciones anteriores de tránsito y circulación, así como Decretos y Resoluciones municipales dirigidas al ordenamiento del sector. Ya en los años 70s se establecen los primeros sindicatos de choferes, se masifica el servicio de transporte público en carros y autobuses y se comienzan a construir las grandes avenidas de la capital.

Es preciso agregar que fue durante el gobierno del doctor Joaquín Balaguer, en los años 70s que empieza a desarrollarse de forma vertiginosa el transporte, contribuyendo a crear la Corporación Municipal de Transporte Colectivo, con la finalidad de controlar y regular el servicio de transporte público de pasajeros que era ofertado por menos de diez operadores que tenía como único propósito, mejorar el servicio, viéndose precisado el Estado Dominicano a comprar 10 autobuses de la marca Blue Bird, que fueron entregados a los operadores.

Es lamentable, pero hay que decirlo que todos los esfuerzos hecho en el transporte como iniciativa, no tuvieron muchos éxitos y fue durante el gobierno de Don Silvestre Antonio Guzmán Fernández (78-82) que es creada la Oficina Nacional de Transporte Terrestre    (ONATRATE), que además de regular el transporte público y establecer las tarifas, funcionaban como operadora, con una flota vehicular de 500 minibuses.

Ya para finales de los años 80s, en el gobierno del doctor Joaquín Balaguer se disfrutaba de un servicio más eficiente que en años anteriores, pero este se fue degenerando, pese al incremento de las ofertas a través de los autobuses tipo escolar que el pueblo bautizó como “Banderitas”, debido a que estos autobuses estaban pintados con los colores de la Bandera Nacional.

Pero la degeneración del servicio y la difícil situación en el oficialismo reformista, fruto de los conflictos sociales que se estaban escenificando en ese momento, fue creada la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), el 21 de septiembre del 1987 mediante el decreto número 489 dependiente de la Presidencia de la República, con el objetivo de regular el transporte de pasajeros a nivel nacional.      

Fue a mediados de los años 90s, en el gobierno del doctor Leonel Fernández ante el desorden del sector transporte, que son creadas dos nuevas instituciones: La Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) y la Oficina Metropolitana de Autobuses (OMSA). La primera fue fundada como institución fiscalizadora del tránsito y el transporte a nivel nacional y planificadora del transporte urbano del “Gran Santo Domingo” y la segunda sustituye a ONATRATE como operadora estatal de transporte público e inicia sus operaciones con 614 autobuses, de las marcas Mercedes Benz, en diferentes corredores de Santo Domingo y Santiago. En los corredores de operación de la OMSA, se crearon carriles exclusivos para los autobuses y paradas específicas para el monte y desmonte de pasajeros.

Es preciso señalar que durante esta década fueron importadas mil unidades de taxis denominada “pollito” (por su color amarillo), mediante un acuerdo de cooperación entre los gobiernos de la República Dominicana y España, por un monto de 30 millones de dólares.

Para inicio de los primeros cuatro años del siglo XXI, llegaron al país 285 unidades de color blanco (llamada Garzas) de un total previsto de 485, luego ante el decadente estado de la flota vehicular que ofrecía el servicio, el Gobierno del presidente Hipólito Mejía, inició un proceso de renovación de la flota, a través del Consejo Nacional de Transporte del Plan Renove.

El consejo debía establecer y dirigir 4,415 unidades de 15, 28 y 45 pasajeros; el plan se detuvo antes de su culminación, debido a escándalos por supuesto mal manejo de los recursos.

Para el año 2004 y ante un incesante caos en el transporte público, se crea la Oficina del Metro, que al año siguiente pasaría a llamarse Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), quien tendría a su cargo el diagnóstico de la situación del sector, la identificación de los problemas del transporte, el diseño de las soluciones y sentar las bases para la planificación del transporte a largo plazo. Fruto de estos trabajos, se inicia en el 2005 la construcción de la Primera Línea del Metro de Santo Domingo.

La primera línea del metro ya construida atraviesa la ciudad en sentido Norte-Sur, siendo la primera de seis líneas del metro, que junto a los sistemas de alimentación que todavía no ha sido implementado, conformaría la red maestra del transporte público urbano de las provincias de Santo Domingo y el Distrito Nacional.

Mientras que la segunda línea del metro de Santo Domingo (línea de color rojo) que ya está en la fase final de su constricción, es parte de la Red Maestra del Sistema Integrado de Transporte Rápido Masivo de Santo Domingo, esta línea de metro atraviesa la ciudad de Oeste a Este.

La Línea 2 está totalmente soterrada, tiene una longitud de 34 km de vía férrea y posee 14 estaciones de pasajeros, diseñadas con dimensiones generales de 128 m de longitud y 15 m de ancho. 

El gran salto surge a partir de la construcción de las grandes soluciones viales modernas, como los túneles, elevado, pasos a desnivel y trabajos de ampliación de algunas avenidas, para facilitar el tránsito del gran parque automotor y la movilidad vehicular y de peatones en la capital y las principales ciudades del país.

Pero este proceso de crecimiento se caracterizó por la creación, sin políticas definidas, de una serie de instituciones y organismos, OTTT, OMSA, OPRET, FONDET y otras, atendiendo a coyunturas políticas y crisis circunstanciales, que no pudieron dar solución real y efectiva al problema.

Pero debo decirles que fue en el gobierno que encabezó el licenciado Danilo Medina Sánchez, que se promulga a través del Poder Ejecutivo el 24 de febrero del 2017 la Ley 63-17 que crea el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), iniciando sus operaciones de manera formal seis meses después, ejecutando su primera misión con la puesta en marcha del Plan de Seguridad Vial 2017-2020 en procura de obtener mayores resultados.

El Intrant que actualmente la dirige el licenciado Rafael Arias, se fundó con la finalidad de transformar e institucionalizar el transporte en la República Dominicana.

Como ya se había anunciado, este organismo unificó cinco instituciones que se ha convertido en la actualidad, en una autoridad única, sustituyendo y asumiendo las funciones de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT),  la Dirección General de Tránsito Terrestre (DGTT), el Fondo Nacional de Desarrollo del Transporte (FONDET), el Consejo de Administración y Regulación de Taxis (CART) y la Caja de Pensiones de los Choferes.




 

 

 

 

 

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