Título 42, un pie aquí y otro allá
José Luis Helena
SANTO DOMINGO.- Desde hace meses, vemos con preocupación la fuga en muchos de nuestros barrios de un sin número de jóvenes que, junto al afán por la obtención de documentos, vacunas y otras diligencias, revelan su intención de salir del país amparados en la derogación del Título 42 que permitía la deportación rápida.
Más rápido que la pandemia corrió la noticia sobre la facilidad de entrar a Estados Unidos a través de fronteras de países amigos con una inversión mínima y un menudeo para el traslado desde el aeropuerto pasando por diferentes fronteras hasta llegar a la frontera México-Americana donde procederían a la entrega.
La interpretación errónea que dan quienes llevan de boca en boca la información, de que la eliminación del título 42, es un beneficio que da permanencia ininterrumpida en los E.E.U.U, a quienes acceden a ese territorio a través de la frontera, no es del todo cuando en realidad; lo primero es que en República Dominicana no hay ningún tipo de persecución o de inestabilidad político-social que permita a esos hombres y mujeres acceder a los beneficios de un estatus de asilo y ese título permitía la deportación rápida.
Los viajeros venden hasta sus casas, motocicletas, cierran sus negocios para alcanzar el sueño americano, sin saber que están a un paso de una deportación, con un pie afuera y otro adentro. Familias completas organizaron de manera repentina sus finanzas y encaminaron sus esfuerzos para subirse a un avión que los llevaría hasta otro país desde donde iniciaron el camino hacia Estados Unidos.
Después de muchos días de hambre, malas noches, y pagos de peajes en fronteras amigas, los muchachos que anhelaban llegar hasta “la capital del mundo, NuevaYol” hoy se encuentran felices en las calles de ese Estado, pensando que nunca serían deportados a su lugar de origen y pese a que muchos están organizándose en diversos oficios, otros saben que su estadía allí es pasajera, otros están siendo registrados para su control y fecha de entrevistas en alguna corte.
Expertos en el tema migratorio califican como un “error” de los que se arriesgan a entrar a los E.E.U.U., bajo esa modalidad, y recuerdan que el título 42, expulsaba del territorio americano a familias a un tercer país para evitar el contagio del Covid-19.
Un asilo aplica para ciudadanos que presentan alguna situación extrema en su país de origen, pero que en el caso de los dominicanos el término no aplica, lo que podría acarrear en un futuro momentos desagradables para los que llegaron mediante frontera.
Cientos de personas de diferentes nacionalidades acceden a ese permiso migratorio sin cumplir los requisitos de lugar, pero ¿Qué es el título 42 ? esta medida fue establecida cuando surgió la pandemia, específicamente en el gobierno de Donald Trump, quien habilitó la expulsión de personas y familias que crucen sin permiso la frontera de Estados Unidos como medida para frenar el avance de la Covid-19, dando poder a las autoridades migratorias de enviar a otros países las personas que entraran a territorio americano, pero la normativa fue derogada y es aprovechada por ciudadanos para pisar suelo gringo.
En noviembre de 2022, un juez de apellido Sullivan en Washington bloqueó la normativa por considerarla contraria a los procedimientos administrativos. Esta eliminación evita una deportación de las personas que se presenten en la frontera con Estados Unidos, con solo el llenado de una solicitud de asilo, lo que generó una avalancha de los muchachos del patio hacia lo “nuevayore”.
En ese sentido, los que de manera arriesgada ingresaron mediante frontera mexicana entregándose a las autoridades, corren la suerte de una posible deportación, ya que fueron registrados en la frontera y tienen otra persona como responsable.
Como nota discordante a los interés de los aventureros, reciénteme el alcalde de New York, Eric Adams, declaró el estado de emergencia ante la crisis migratoria en esa ciudad, y dijo que esa situación le costaría 1,000 millones de dólares para atender necesidades básicas de esos migrantes.
“Ahora tenemos una situación en que están llegando a la ciudad de Nueva York más personas de las que podemos acomodar de inmediato, incluidas familias con bebés y niños pequeños”, explicó Adams. “Cuando los solicitantes de asilo que vienen en los autobuses de hoy reciban refugio, superaremos la mayor cantidad de personas en el sistema de refugios de nuestra ciudad desde que se tienen registros”, Eric Adams.
Aun sin saber que les espera, muchos de ellos desconocen el tema de solicitud de asilo político y cuales son los requisitos que deben cumplir, solo saben que están allá y que coronaron, mientras que otros son detenidos en el Aeropuerto Guatemala a espera de una salida, que de seguro le costó algunos dólares y dolores de cabeza.
Existe una diferencia entre quienes ingresaron a Estados Unidos sin ser detectados, que tienen la posibilidad de legalizarse casándose con un residente o ciudadano americano hasta que se le apruebe la petición, mediante solicitud de perdón y otros mecanismos legales, pudiendo desde una embajada someter todos los documentos necesarios para la legalización del estatus migratorio.
La otra cara de la moneda es que las personas que ingresaron por la frontera pasaron por un registro formal, con fecha para ir a una corte, la que tal vez determinará su suerte en esas tierras, pero sin ninguna seguridad de cambio en su estatus legal, por lo menos hasta donde se sabe.
La inversión hecha por estos jóvenes haciende a más de 300 mil pesos dominicanos sin tomar en cuenta los imprevistos de aumentos en los costes fronterizos que varían según la demanda para la llegada a su destino y las responsabilidades económicas que impongan los responsables de la firma para la entrega al llegar a esos hogares.
La realidad y la confusión lleva a muchos a pensar que la única salida que tienen es, la de ingresar a ese país bajo el título de asilo, y no del 42, que prontamente será sustituido por otro número que pondrá a muchos dominicanos con los dos pies aquí.
El precio de ese ingreso peligroso tiene un costo muy alto para los dominicanos que vieron en esa travesía la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los suyos.