El afán patológico de protagonismo en la entrevista, en el caso de la joven Lizzy George-Griffin y el Presidente Abinader
Por David R. Lorenzo
El lunes 18 de septiembre del 2023 el Presidente Luis Abinader participó en Nueva York en un Fórum de Líderes Globales, en donde una estudiante acusó a la República Dominicana de ser racista y homófoba y se atrevió a increpar al mandatario en varias oportunidades, e incluso se retiró dejándolo con la palabra en la boca.
La actividad la organizó la Universidad de Columbia, del Estado de Nueva York, en la que el mandatario respondió preguntas de estudiantes de distintas nacionalidades del centro de estudios sobre la República Dominicana y el último conflicto surgido con Haití.
En ese contexto, le tocó el turno Lizzy George-Griffin, una estudiante de 23 años, oriunda de Chicago, y que de acuerdo a su perfil publicado por la prensa, es también modelo y una activista de la comunidad LGBT.
La joven comenzó leyendo en su celular una narración histórica desde el inicio de la esclavitud de los africanos, hasta llegar a acusar a la República Dominicana de discriminar a los haitianos y maltratar a las embarazadas que dan a luz en este país.
Como si tuviera el síndrome de emperador, o emperadora, la señorita George-Griffin se sintió con la autoridad de interrumpir varias veces al mandatario y de contradecir sus planteamientos y hasta dejarlo con la palabra en la boca, dar media vuelta y abandonar el salón, mientras el mandatario le respondía su narrativa.
En medio del debate, la moderadora del encuentro tuvo que exigir respeto para el Presidente de la República e invitado de la universidad.
Sobre el particular debemos decir, que tanto la entrevista como el cuestionamiento son géneros periodísticos de frecuente uso, los cuales son diálogos en los cuales el periodista o cualquier otra persona que los utilice, procura obtener respuestas sobre un temas, principalmente de interés público.
En ambos casos, quien cuestiona no debe desperdiciar su tiempo para elogiar a presidentes, ministros, otros funcionarios, jefes militares o eclesiásticos, dignatarios extranjeros, embajadores o directores de organismos, entre otros.
El elogio y las alabanzas no deben ser parte del menú, sino que el periodista o quien pretenda serlo, debe hacer las preguntas que interesan a la gente, y mientras más incómodas, mejor, pero, con el debido respeto.
Una de las características de la pregunta es que debe hacerse con claridad, mostrar el respeto hacia la persona entrevista y darle el tiempo para que la responda.
Pero, en muchas ocasiones, por ignorancia, o porque el entrevistador se quiere destacar más de la cuenta, porque se cree que él es el protagonista, o porque tiene un afán patológico de sobresalir, rompe el código deontológico, y provoca un ambiente hostil, en el que él se vanagloria de lo que hace, y se siete realizado.
En muchos de estos escenarios se producen casos en que el entrevistado abandona la entrevista, o se producen cruces de palabras y ofensas con el entrevistador y en el peor de los casos, se agreden físicamente.
En el caso de la señorita George-Griffin, ella premeditó ser el centro de atención, llegando a niveles desorbitados y patológicos, y pretendiendo imponerse por encima de un jefe de Estado, como sucede con algunos periodistas y otros iguales que ella.
El hecho de que ella acuse al presidente y al resto de los dominicanos de ser homófobos, “transmófobos”, racistas, anti haitianos o abusadores, no tiene nada de pecaminoso, ese era su derecho, lo malo fue su falta de educación y su irrespeto a una persona, que en este caso, fue el presidente dominicano.
En mi caso particular, yo he estado de frente al Presidente Abinader, y con el debido respeto le he hecho preguntas difíciles, que pudieran molestarle, pero, el mandatario, en ese y otros casos. Lo he visto mostrar serenidad y manejar de la situación a la altura de un jefe de Estado, como lo hizo en la universidad de Columbia.
Pese a lo bochornoso de la situación en el Forum, lo mal educada e indecente que lució Lizzy George-Griffin, a pesar de ser estudiante en una prestigiosa universidad, logró su objetivo de ser la protagonista de esa historia, de conseguir muchos likes y seguidores en sus redes sociales, y probablemente entrevistas y hasta buenos empleos, porque en este mundo, como dijo el escritor ruso, Fiódor Dostoyevski, los imbéciles llegan