De opinión

Dos claves para el equilibrio mental

Por Néstor Estévez

El equilibrio mental se ha vuelto mucho más que un “artículo de primera necesidad”: es una urgencia evidente. Conflictos por nimiedades, niveles de irritabilidad exagerados y hasta muertes que solo duelen cuando tocan de cerca, son síntomas de una sociedad con marcado desequilibrio.

Aunque especialistas de la conducta hacen lo posible y la investigación avanza, desde la comunicación cotidiana y la incidencia que tienen los estímulos a los que nos exponemos, podemos encontrar claves sencillas y efectivas para mejorar nuestro bienestar mental.

Vivimos una etapa en la que pasamos gran parte del día frente a pantallas: computadoras, celulares y tabletas. Mucha gente alega que lo hace por razones de trabajo. Pero lo real es que son muchos los recursos tecnológicos que usan para desviar nuestra atención de los esencial. Si revisamos bien, resulta sumamente fácil perder el tiempo con lo que nos llega a través de pantallas.

Y para completar el cuadro, la modernidad nos empuja a un ritmo acelerado y a vivir cada vez más lejos de parques, ríos o montes. Connotados estudiosos advierten que esta combinación —muchas pantallas y poca naturaleza— deteriora nuestra salud mental sin que lo notemos.

 ¿Qué dice la ciencia?

En un estudio realizado en México hallaron que quienes no logran “desconectarse” del teléfono después del trabajo presentan más estrés, ansiedad y depresión. La razón es sencilla: estar rodeados de notificaciones exige atención constante, y con el tiempo, el cerebro se agota y rinde menos.

Algo parecido señalan investigadores españoles: en una revisión sistemática de ocho ensayos clínicos concluyeron que la actividad física al aire libre (caminar, correr, montar bicicleta) mejora el ánimo y reduce el estrés más que hacerlo en interiores.

Y un tercer referente es el de investigadores argentinos que realizaron un estudio con tele-trabajadores. Estos estudiosos encontraron que quienes se dan pequeños “respiros” de naturaleza muestran más emociones positivas durante la jornada. En la misma línea, la investigación mexicana propone reconocer la “desconexión digital” como un derecho laboral.

Tres países, tres contextos distintos, una misma conclusión: necesitamos menos pantallas y más contacto con la naturaleza.

 

Dos pasos prácticos

A partir de esos hallazgos, dos simples acciones ayudan a mejorar y mantener el equilibrio mental:

  1. Pausas verdes: dos veces al día, durante quince minutos, salir de la casa o la oficina y buscar un lugar con vegetación: un parque, un patio con plantas o una acera arbolada. Caminar, hacer estiramientos suaves o simplemente observar el entorno permite que la vista y la mente descansen en algo vivo, no en una pantalla.
  2. Desconexión digital: fijar una hora límite para el uso de dispositivos. Desde ese momento, el celular debe quedar en “modo avión” o fuera de la habitación. La idea es sustituirlo por lectura, conversación o tareas como cocinar, ordenar o planear la siguiente pausa verde.

 Cuatro razones para empezar hoy mismo

Recordemos: quien quiere encuentra un medio; quien no quiere, encuentra excusas. Pero la ciencia ofrece razones claras para empezar:

* Los entornos naturales permiten que el cerebro se relaje sin esfuerzo (teoría de la restauración de la atención).

* Al silenciar el teléfono, evitamos que las notificaciones disparen la hormona del estrés.

* Caminar bajo el sol regula el reloj biológico y mejora el sueño.

* Es fácil de recordar: 15-15-fuera, que consiste en quince minutos de verde en la mañana, quince en la tarde, y fuera de línea al acabar la jornada.

Verde y silencio: medicinas al alcance de todos

No necesitamos vacaciones en la selva para cuidar la mente. Bastan dos escapadas diarias a la naturaleza y un corte claro con las pantallas al terminar la jornada. Pausas verdes y “detox” digital son simples, gratuitas y están al alcance de cualquiera.

Al fin y al cabo, no se trata de transformar la vida de golpe, sino de pequeños gestos diarios capaces de devolvernos la calma y la claridad que tanto necesitamos. Verde y silencio: dos medicinas naturales al alcance de todos.

 

 

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