Ciudadanos irresponsables

Por José Helena

Durante algo más dos años de encierro, algunos intentamos hacer uso de la prudencia, estuvimos en nuestras casas, solo salíamos al patio, utilizamos las mascarillas y hasta nos dimos cuenta de la realidad sobre quiénes somos, y pudimos ver a nuestras parejas siendo natural sin poses.

Nunca pensamos que una indumentaria de cuidado médico como es la mascarilla, que solo veíamos en el dentista y las cirugías, sería parte del presupuesto de las familias y sobre todo ser el escudo por excelencia para evitar los contagios que nos permitiera caminar medianamente libres en las solitarias calles de nuestros barrios durante en las noches, que, por cierto, no eran tan solitarias.

La realidad es que el encierro saco de cada uno el lado más oscuro de la ignorancia, la desconsideración ciudadana se puso en evidencia cuando comenzaron a popularizarse las violaciones de las disposiciones de toque de queda.

Por un lado, el Distrito Nacional y la región Este sin medidas restrictivas, y el otro extremo y resto del país con un toque de queda que nadie respeta y del que las autoridades policiales de los municipios y provincias son responsables por la permisividad brindada a los ciudadanos irresponsables que no respetan los lineamientos del Ministerio de Salud Pública.

Esos mismos ciudadanos irresponsables que mantienen los niveles más bajos de vacunación en muchas provincias, que hoy están abiertas en su totalidad por la nueva disposición de eliminación del toque de queda.

El orden público debe imperar, algunos ciudadanos no quieren acudir a los centros de vacunación a cumplir con el derecho no establecido de mantenerse sanos en una sociedad llena de teteos con autoridades que frecuentemente son irrespetadas por desaprensivos que por sus niveles de educación no acuden a vacunarme porque pueden morir.

El anuncio hecho por las autoridades sobre un posible rebrote de la Covid19, es un hecho, la prensa recoge un aumento de los casos, lo que supone seguirán subieron en el mes de los gozos, los tragos, la cena y los abrazos, el mes de la felicidad diciembre.

Volveremos a ver los videos de ciudadanos en teteos nocturno, y los responsables de evitar ese tipo de actividades paseándose por la zona en busca de los pagos que autorizan las fiestas clandestinas de muchos barrios del Gran Santo Domingo y otras provincias del país, y también volveremos a ver a muchas familias sufriendo por algún familiar que obtuvo una tarjeta falsificada que no se vacuno y que se contagió en un coro.

Estamos a las puertas de un aniversario más de la Covid19, con vientos en contra como es la permisividad de un cuerpo policial agotado, y un proceso de vacunación al que la gente abandonó, y que retoma por restricciones de acceso, pero no podemos evitar que tengamos un enero fatal para algunos pudiendo augurar un enero fatal por los internamientos de los irresponsables no vacunados sin excusa alguna.

El bajísimo nivel de entendimiento de algunos ciudadanos jóvenes entre 14 y 24 años, representan para las autoridades un desafío enorme que cómo transmisores de la enfermedad, no entenderán a las autoridades, pero si las razones para el festejo.

Las autoridades deben considerar arreciar el proceso de vacunación en las provincias y municipios con menos personas vacunadas antes del mes de finalizar el año, para ver como alcanzamos la totalidad de rebaño al menos de una segunda dosis, aún sabiendo que un alto porcentaje de seres humanos irresponsables vacunados continuaran trabajando y saliendo a las calles con mascarillas y otros que debían estar encerrados en sus casas, retomaran las calles contagiando a los que les interesa la normalidad.

Ojalá que las autoridades continúen la medida de solicitar la tarjeta de vacunación para el acceso a los centros y negocios, y sobre todo insistiendo en volver a la normalidad normada por el nuevo estilo de vida al que debemos todos someternos, pero todos, la iglesia, los abogados, los vacunados y los no vacunados, sin excepción porque los virus no miran interés.