De opinión

Reflexiones de Actualidad Política

Por: Julio A Altagracia Guzmán

Presidente del PVUD

EL 70% PARA LUIS ABINADER ES UN ACTO DE JUSTICIA

Al decir que un 70% de los votos de mayo 19, para el Presidente Luis Abinader, sería un acto de justicia, lo hacemos tomando en cuenta que a tres años y 7 meses de haber asumido la dirección del Estado, el 16 de agosto del 2020, en las peores circunstancias sanitarias, económicas y sociales, vividas en el país, mismas que obligaron al Presidente a abandonar, temporalmente, su ambicioso programa de gobierno, elaborado y difundido durante la campaña electoral, para improvisar y asumir un programa de gobierno de extrema emergencia, acorde con las traumáticas secuelas y las incertidumbres causadas por el COVID-19 en pleno desarrollo.

Todos tenemos muy presente que esta grave situación fue maneja con responsabilidad y eficiencia, cuyos resultados en beneficios de todos los dominicanos son ampliamente conocidos, valorados y aceptados, no solo por la inmensa mayoría de los nuestros, sí no por

la comunidad internacional que lo asume como un ejemplo ante los demás países, presentándolos como la mayor proeza de un gobernante en provecho de su pueblo.

Además, debemos recordar que el presidente Abinader, tan pronto ingreso al despacho presidencial, en el Palacio Nacional, el 16 de agosto del 2020, emitió un decreto mediante el cual designó la dirección del Ministerio Público Independiente, con el que inauguró una nueva etapa en la persecución del delito y el combate frontal con decisión, coraje y valentía, los más espeluznantes actos de corrupción administrativa e impunidad que registra la historia del país, imponiendo además en su gobierno una rigurosa política de tolerancia cero en las actuaciones deshonestas de sus funcionarios, lo que sea cumplido al pie de las letras.

En ese orden, el presidente Luis Abinader, sé ha hecho merecedor de la confianza y el respeto de la sociedad y los poderes de la República Dominicana, dando como resultados que estos, juntos a sus eficientes manejos en la administración pública, llego a la presente campaña electoral, donde se le percibe y acepta como el presidente más trasparente, honesto y eficiente que se tenga presente, lo cual se le antepone a los que han actuado diferente, creándose en la mente de los dominicanos, dos ejes de campañas contrapuestos, honestidad y trasparencia versus corrupción e impunidad, y sobre ese tema se decidirán las elecciones de mayo 19.

En su ardua y ejemplar obra de gobierno, el presidente Luis Abinader, ha desarrollado un liderazgo personal, que trasciende la frontera del país, liderazgo este que está cautivando a las masas populares y resuena en los oídos y los corazones de las mayorías nacionales. Un liderazgo que arrastra y encanta, con el que el presidente no solo gana, sino que hace ganar, y hoy, el tema no es si será o no reelecto, sino el porcentaje de votos con que lo hará.

Lo que se advierte y espera para el 19 de mayo, en las urnas, es una expresión de gratitud, seguridad y confianza. Es el deseo ferviente de un pueblo que aspira a que se profundicen los cambios, las trasformaciones, las innovaciones y las reformas institucionales, que requiere el Estado Dominicano para alcanzar y consolidar el progreso y la estabilidad de nuestra nación. Los hechos están ahí a la vista de quién los quiera ver, lo otro, sería colocarse de espaldas a la realidad.

Aunque la oposición, temerariamente, ha desarrollado ingentes esfuerzos tratando de desnaturalizar las ejecutorias y acciones del presidente Luis Abinader, pretendiendo confundir a la población con palabrerías conceptualizadas, números compuestos y suposiciones aéreas, éstas han caído en el vacío, ante la realidad de la conciencia y empoderamiento de una Sociedad Dominicana, que ha asumido la decisión de continuar por el camino bueno y cerrar toda posibilidades al camino malo.

En este orden, se aprecia, hoy más que nunca, que el pueblo dominicano está dando una respuesta contundente al pasado reciente, y lo hace brindando un apoyo masivo y contundente al presidente de la República, en el que no solo se siente la pasión y el amor, sí no el agradecimiento, la confianza y la fe para que sigamos en manos seguras defendiendo nuestra soberanía y nuestra institucionalidad, según lo ha hecho hasta ahora.

Consciente de su realidad, la oposición está enviando mensajes y señales totalmente derrotistas, con denuncias, amenazas imprudentes, acusaciones y descalificaciones al Gobierno Central y a los Órganos Electorales, todas sin fundamentos, sustentadas en falacias y supuestos fraudes electorales de febrero pasado, en los que recibieron una apabullante derrota, ignorando que en este país ya hay suficiente conciencia para no dejarse impresionar por cantos de sirenas y avanzar con pasos firmes hacia la consolidación del progreso con estabilidad y paz social.

La oposición, según se advierte, está dando tras pie, desorientada, errática, derrotada y desmotivada, cuyos cuadros dirigenciales han perdido la fe y emigran despernadamente, en paquetes, en busca de mejores horizontes.

Por ese motivo la oposición está acudiendo a la más disimiles escusas para tratar de justificar su baja electoral y falta de apoyo popular, previsibles con unos resultados catastróficos en mayo próximo, mismos que pretenden disimular con advertencias y acusaciones baladíes, nada creíbles y solo orientadas a desdibujar su realidad y querer crear un ambiente, en el ánimo de la gente, que en realidad no existe.

En estos momentos la verdadera realidad política, de cara a las elecciones de mayo 19, es que la oposición con alianza y sin ella, no sacará un solo Senador y escasos Diputados con una votación sumamente reducida, mientras que Luis Abinader, con el PRM y sus aliados, tendrá una votación histórica, sin precedente en país, que rondará el 70%, como una manifestación cívica del pueblo dominicano en gratitud y confianza y como un estímulo para que siga y acometa las profundas reformas que, de manera inevitable, requieren las instituciones del Estado Dominicano.

Un 70% para Luis, no es solo necesario y convincente, sí no más bien, como un acto de justicia y reconocimiento a las exitosas acciones del presidente de la República.

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