Locales

La primera crisis del Marcelino Vega en el 1993 y el deseo del Chino Bujosa de comerse “las carnes” del CDP

Por David R. Lorenzo

El Movimiento Marcelino Vega tiene previsto realizar este 28 de junio del 2025 una asamblea para escoger a los candidatos de esa corriente que participarían en las elecciones nacionales del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) del 29 de agosto venidero, en un ambiente polarizado y cargado de acusaciones, que ojalá no provoque una división interna, como ocurrió en el año 1993.

En ese año, quien suscribe, siendo coordinador del Movimiento Marcelino Vega y precandidato a la presidencia del CDP, se produjo la primera crisis de esa corriente que terminó con la división del grupo, que había sido formado años antes, principalmente por periodistas democráticos o revolucionarios con principios y valores éticos.

En esa oportunidad aspirábamos a la presidencia del CDP, quien suscribe, José Bujosa Mieses (El Chino), Osvaldo Santana y Wilson Suazo.

Como coordinador del Movimiento convoqué a una asamblea para escoger quién de los cuatro sería el candidato a la presidencia del gremio profesional. Como se esperaba una gran asistencia, convocamos la actividad en el salón principal de la Asociación de Detallistas del Distrito Nacional, en la avenida Jacinto de la Concha, en el sector de Gazcue. El CDP funcionaba en el viejo local de la feria, que no era muy espacioso.

La convocatoria fue hecha exclusivamente para periodistas de la ciudad de Santo Domingo, pero el Chino Bujosa, como un viejo lobo que pierde el pelo, pero no las mañas, trajo para sorpresa de todos, una gran cantidad de periodistas del interior, inclinando la balanza a su favor.

El señor Bujosa estaba obstinado en ser nuevamente presidente del CDP, pese a que lo había sido en el periodo 1986-1988. El justificaba su retorno a la presidencial del gremio, porque según sus palabras durante muchos años “él se había comido los huesos, y que ahora quería comerse las masas”.

El asunto fue, que, con los periodistas del interior, ese dirigente obtuvo la mayoría de los votos de los presentes, quedando Osvaldo Santana en segundo lugar; quien suscribe, en tercero, y Wilson Suazo, en cuarto.

Antes de que terminara la asamblea, Santana y Suazo, junto a sus seguidores, indignados por la maniobra del Chino Bujosa, abandonaron la asamblea. Días después anunciaron su renuncia del Movimiento Marcelino Vega y la formación del Movimiento Unitario, produciéndose la primera división del grupo, por lo antes expuesto.

Posteriormente, formaron una plancha llamada “Unitaria”, con la que participaron en las elecciones de agosto de ese año.

En mi caso, convoqué a una reunión con mis seguidores para tomar una decisión sobre qué decisión tomar y a quién íbamos a apoyar, si a Bujosa Mieses o a Santana.

Yo particularmente prefería a Santana, porque era un dirigente importante del antiguo Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP), del cual había sido su secretario general en el período 1981-1982, no había sido presidente del CDP, tenía mayor nivel académico y mucho más ejercicio profesional. En cambio, los mayores méritos del chino consistían en que también era dirigente del SNPP y que había peleado en la revolución de abril.

En el encuentro que convoqué, había una corriente encabezada por José Alberto Sánchez, lamentablemente fallecido, y Julio Disla, que favorecían a Bujosa Mieses, la cual se impuso. Confieso que por respetar la decisión de la mayoría acepté en contra de mi voluntad apoyar a Bujosa Mieses. No fui lo suficientemente enérgico como para imponer mi voluntad como candidato, y en última instancia, irme por mi propio camino y seguir mis convicciones.

Como resultado de ese apoyo, fui escogido como candidato a la presidencia del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP) en la plancha del Movimiento Marcelino Vega. En las elecciones participaron dos planchas la del Movimiento Marcelino Vega y la del Movimiento Unitario, encabezadas por el Chino Bujosa y Santana, respectivamente.

Las elecciones fueron reñidas, pero, el Chino Bujosa ganó la presidencia del CDP por un estrecho margen, menor a los 15 votos. Yo en cambio, había ganado el IPPP por unos 55 votos.

Sin embargo, se produjo un conflicto en el conteo de los votos, debido a que aparecieron unos supuestos resultados electorales de la seccional de Boston, que no se sabía que existía, y donde no se habían enviado votos. No supe quien envió esos resultados, que, con los mismos, Santana se iba al frente de las votaciones. Eso ocasionó un conflicto ante la Comisión Electoral encabezada el profesor de la UASD, Héctor Martínez.

Durante ese proceso, vi que Bujosa Mieses me estaba ignorando, y sólo andaba para arriba y para abajo con Mercedes Castillo, en ese momento una periodista poca conocida, sin antecedentes gremiales y sin ejercicio profesional, pero entre ambos, habían entablado una estrecha amistad.

De repente, y al parecer por un acuerdo entre los grupos, al margen mío, la Comisión Electoral emitió una resolución declarando ganador al Chino Bujosa como presidente del CDP, y me dio perdedor como presidente del IPPP.

La resolución fue aprobada por 4 miembros de la Comisión Electoral, incluyendo a Martínez, con excepción de Sucre Reyes, quien expuso que la misma constituía un fraude electoral en perjuicio mío. Yo no me imaginé que Martínez. un dirigente revolucionario que habíamos formado el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) y que tenía prestigio como docente en la UASD, podría caer en un acto de sinvergüencería, como ese.

De esa manera, Bujosa Mieses negoció su proclamación como presidente del CDP, a traición de alguien lo apoyo, porque, al fin y al cabo, su interés era llegar nuevamente a la presidencia del CDP a como diera lugar, porque quería “comerse las masas del CDP”, como había dicho y recogido en algunos periódicos, ya que él “estaba cansado de los huesos”.

Yo decidí renunciar del Movimiento Marcelino Vega y de su coordinación, hasta la fecha, no por estar aferrado a una candidatura, sino por un asunto de honor. Mi cargo de coordinador del Marcelino Vega lo ocupó Bujosa Mieses, y desde esa fecha el grupo dejó de ser una corriente de principios y de valores éticos.

Meses o años después, Martínez me pidió excusas en dos oportunidades por la decisión que tomó. Yo lo perdoné, aunque para mí, sigue siendo un irresponsable de carta mayor.

De todas maneras, el Chino logró lo que quería. Llegó a la presidencia del CDP para comerse las carnes, o la poca carne que en ese momento tenía nuestro gremio profesional, al igual como lo han hecho otros.

Actualmente, el Marcelino Vega está en otro proceso de elección de sus candidatos que está resultando contradictorio. Aspiran a la presidencia del CDP, José Beato y Luis Pérez. A Beato lo apoya Aurelio Henríquez y otros dirigentes, y a Pérez, el mismo dúo de Bujosa Mieses y Mercedes Castillo. También, cuenta con Olivo de León, el alumno más aventajado en mañas que tiene Bujosa Mieses.

Esperamos que su asamblea salga bien, que no haya división y que gane quien obtenga más votos, pero, la historia dice que quienes adversen al Chino Bujosa y su grupo, deben tener cuidado y cubrir todos los frentes, porque como dije, los lobos pierden el pelo, pero no las mañas, y los hijos de gatos, cazan ratones.

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