De opinión

Educomunicación: más que vacuna contra la infodemia

Por Néstor Estévez

En mi anterior artículo referí la urgente necesidad de implementar planes de educomunicación, como vía para que realmente logremos avanzar ante la dañina desinformación que nos abate.

Con extrañeza me percaté de personas, a quienes veo muy activas en multiplicidad de medios, que no tienen idea o la que tienen es muy vaga sobre educomunicación. Aunque, de manera particular, he recomendado y hasta suministrado fuentes, de manera general, me animo por compartir algunas ideas sobre el tema.

La educomunicación, como su nombre lo indica, es un campo de estudio que fusiona la educación y la comunicación. No se limita a la simple transmisión de informaciones, sino que busca promover la participación de los individuos en la construcción del conocimiento a través de la utilización de diversas herramientas y lenguajes comunicativos.

En este sentido, la educomunicación se convierte en un puente entre la información y la formación, permitiendo a las personas no solo acceder a la información, sino también comprenderla, analizarla y evaluarla críticamente. Como es fácil notar, con ella terminamos mejorando la manera de educar y también la de comunicar.

El tema no es nuevo. En la denominada Escuela de Frankfurt, hace casi cien años, analizaron la influencia de la cultura mediática en la sociedad. Ellos sentaron bases para una crítica a los medios masivos. Pero también en nuestro continente, en la segunda mitad del siglo pasado, Paulo Freire plantea que la educación debe ser dialógica y liberadora, no mera transmisión de informaciones.

La educomunicación es cada vez más urgente

En la era digital, los mensajes nos inundan por todos lados. Desde las redes sociales hasta los medios tradicionales, nos encontramos constantemente bombardeados por un flujo incesante de estímulos visuales y auditivos.

Esta saturación informativa, lejos de ser un beneficio, suele generar confusión, desorientación y dificultar la construcción de un pensamiento crítico. Y ahí es donde la educomunicación emerge como herramienta fundamental para navegar este mar de desinformación y desarrollar la capacidad de gestionar adecuadamente la sobrecarga de mensajes.

En un mundo donde los mensajes circulan a velocidad vertiginosa, es crucial contar con herramientas que permitan discernir entre verdad y falsedad, identificar sesgos y manipulación, y construir una opinión propia basada en la evidencia. La educomunicación, a través de su enfoque crítico-activo, propicia esas habilidades, fomentando el pensamiento crítico, analítico y reflexivo.

La educomunicación no solo se centra en la información, sino también en la forma en que se comunica. En este sentido, la educomunicación busca desarrollar la capacidad de decodificar mensajes, identificar las intenciones detrás de ellos y comprender el contexto en el que se producen. Esto es fundamental para evitar la manipulación y la desinformación, y para construir una visión crítica y responsable del mundo.

Es por ello que, en la educación formal e informal, la educomunicación resulta clave de cara preparar a las personas para la vida en la era digital. Con educomunicación, los estudiantes pueden desarrollar habilidades para identificar fuentes confiables, evaluar la veracidad de los datos y detectar sesgos y manipulación.

Pero la educomunicación también ayuda a comprender el funcionamiento de los medios de comunicación, identificar las diferentes formas de comunicación y analizar el impacto de los medios en la sociedad. En sentido general, la educomunicación es clave para expresar ideas de forma clara y concisa, argumentar de manera lógica y construir un discurso coherente. Además, es muy útil para aprender a trabajar en equipo, compartir información y participar en debates constructivos.

Herramienta fundamental

La educomunicación no es una solución mágica para la sobrecarga de información, pero sí una herramienta fundamental para desarrollar la capacidad de gestionar la información de manera responsable y crítica. Al integrarla en la educación, podemos preparar a las personas para gestionar información con mayor seguridad y autonomía. Con ella se construye un pensamiento crítico que permita tomar decisiones informadas y participar activamente en la sociedad.

Como se puede apreciar, la educomunicación es más que vacuna contra la “infodemia” o “pandemia de infoxicación”. Es una herramienta para generar mayor seguridad y conciencia. Con ella desarrollamos la capacidad de discernir, analizar y construir un pensamiento crítico que nos ayude a orientar decisiones, participar activamente y mejorar la democracia.

Y entonces, ¿educomunicamos?

 

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