¿Para qué sirven las ferias?
Por Néstor Estévez
La Línea Noroeste ha estado muy activa con las ferias. En Montecristi se acaba de celebrar la IX Feria Patronal, Cultural, Turística y del Libro. Con el lema, “La Lectura, el arte y el turismo nos conducen al desarrollo”, la Ciudad del Morro acogió a nativos y visitantes.
La Academia de Ciencias, Arte y Cultura organizó una feria en la que grupos culturales, escuelas, iglesias, organizaciones comunitarias y diversas instituciones realizaron actividades orientadas a promover el avance en la zona considerada como apoyo para el denominado “Quinto Polo Turístico Ampliado”.
Dajabón también hizo su feria. El último fin de semana de mayo fue aprovechado por la Agencia para el Desarrollo Económico y Territorial (ADETDA), con el apoyo de otras instituciones, para realizar la quinta versión de la Feria Frontera Viva.
El polideportivo Ambrosio Estévez fue el espacio escogido para mostrar el potencial con que cuenta la zona para su desarrollo, así como para estimular el emprendimiento y el avance de toda la región fronteriza.
En Santiago Rodríguez, con la provincia Valverde como invitada, también se aprovechó el recién pasado fin de semana para realizar la segunda versión de Expo Santiago Rodríguez, en el complejo deportivo Adolfo Báez, en Sabaneta.
Con el lema “Lo mejor de lo nuestro, construyendo el futuro», la Asociación de Jóvenes Empresarios de Santiago Rodríguez (AJESARO) organizó una exposición para dar a conocer las bondades de la provincia en los renglones: comercial, turístico, gastronómico, formativo, tecnológico, cultural, social y artístico.
Pero no solo la Línea Noroeste está activa con las ferias. En estos días siguen ExpoTurismo, en Santiago; Expo Mango, en Baní; ExpoCaribe, en Santiago de Cuba, y como novedad en ese ámbito destaca la Feria Empresarial Hispanoamericana, un espacio de integración y exposición comercial multisectorial organizado por la Asociación Empresarial Hispano-Dominicana (Foro DoMadrid).
¿Para qué sirven esas ferias?
Las ferias son eventos que reúnen a un grupo diverso de expositores y visitantes en un lugar determinado durante un período específico. Esas exposiciones pueden tener diferentes enfoques: comerciales, agrícolas, tecnológicos, turísticos, entre otras.
En cierta medida, las ferias se corresponden con el criterio de que “lo que no se muestra no se vende”. Y todavía más, en un mundo tan hipercomunicado, con el convencimiento de que “lo que no se muestra es como si no existiera”.
Como espacio abierto, las ferias sirven para lo que cada uno desee usarlas. Quienes las organizan podrán, o no, tener bien claro el propósito. Pero cada persona u organización puede tener el suyo, el cual en ocasiones puede hasta superar el de quienes organizan la feria.
Ese segundo caso suele ocurrir cuando las ferias son organizadas por entidades sin fines de lucro o por organizaciones sociales que, juzgando por su condición, pierden de vista las posibilidades de que alguien quiera “hacer su agosto” en cualquier mes.
Así es como, desde carteristas hasta mercaderes, pasando por empresas que actúan con muy claros criterios de oportunidad y sostenibilidad, ven concretizar sus objetivos en las ferias.
Como se puede notar, una feria es mucho más que expositores, promotores, artistas, animadores, vendedores, compradores y visitantes; una feria es oportunidad, fundamentalmente, para quien haya esclarecido una ruta mínima que inicia por identificar qué tiene, qué quiere y cómo lo va a conseguir. En una feria hay muchísimas oportunidades. Unos ni siquiera las ven. Otros, aunque las ven, se lamentan de no poder aprovecharlas. Y otros le sacan excelente provecho.
Para el territorio, una feria representa muy buena oportunidad. Con las ferias, el territorio puede lograr: proyección, posicionamiento, impulso económico, promoción empresarial, intercambio y hasta generación de conocimientos, fomento del turismo, creación y hasta mejoría de redes comerciales, entre otros muchos objetivos.
Y también, en la feria, la gente goza, los más “vivos” consiguen dinero, mucha gente “bota el golpe” aunque en realidad esté recibiendo uno más duro, y hasta hay gente que aplica aquello de “al sol que salga por donde le dé la gana”.
Para que una feria represente avance en un territorio, como punto de partida hay cuatro aspectos básicos: contar con rumbo esclarecido (incluyendo algunas estrategias), consenso entre las principales fuerzas vivas, identificación de las fortalezas que conecten con ventajas (competitivas y comparativas) y buena apertura al cambio.